Los Trastornos de Atención e Hiperactividad (TDA, Trastorno por Déficit de Atención) en los niños son uno de los motivos más frecuentes de consulta psicológica.
En la ciencia neuropsicológica podemos encontrar, en general, dos formas de abordar el estudio del TDA:
1. Considerando la atención como una función psicológica aislada, relativamente independiente de las otras funciones psicológicas; señalando que las causas de dicho cuadro pueden ser genéticas, neuroanatómicaso bioquímicas.
2. O tomando en cuenta que la actividad humana no puede dividirse en funciones, sino que debe considerarse en su totalidad. En este sentido, la atención constituye, no una función aislada, sino el contenido de otros procesos psicológicos. Entonces, las alteraciones o defectos de la atención no pueden existir de forma aislada, sino que aparecen como parte de un conjunto de dificultades ligadas entre sí (con el lenguaje, el aprendizaje y el comportamiento, principalmente).
La neuropsicología no sólo trata de explicar las causas, sino también de proponer las vías y los métodos de corrección para este tipo de déficit. Precisamente uno de los objetivos esenciales de la neuropsicología infantil es la elaboración de programas de corrección, que corresponden a cada caso particular en las dificultades que presenta el niño.
¿Qué es la ATENCIÓN y cómo se desarrolla?
En el Trastorno por Déficit de Atención encontramos que los niños no logran formar la capacidad de controlar su propia conducta ni autorregular sus acciones. Al mismo tiempo, el niño no se somete a la regulación externa por parte del adulto.
El proceso de atención se relaciona con la posibilidad de organizar la actividad propia. Por eso comúnmente nos encontramos en el contexto escolar con demandas por parte de los maestros sobre la falta de ejecución de las tareas a tiempo en los alumnos, o que no son capaces de seguir los objetivos impuestos en el aula.
La inatención, la impulsividad y la hiperactividad son los síntomas conductuales asociados, los cuales pueden variar en su presentación de un niño a otro. Pero el déficit primario está en la conducta regida por reglas, en la habilidad del lenguaje o de otros sistemas de símbolos que garantizan el éxito en el comportamiento y el aprendizaje.
El uso ineficaz del habla y el poco desarrollo del lenguaje interno, en los niños preescolares y escolares mayores, constituye un defecto central que impide el desarrollo adecuado de todas las funciones psicológicas superiores, entre ellas la atención.
La atención determina la estructura de la actividad, refleja su curso y sirve de mecanismo para su regulación. Mediante ella se selecciona la información necesaria, se formula un programa de acción y se mantiene un control permanente sobre el mismo. Todos estos procesos se realizan con la participación del lenguaje. Es así como los padresorganizan la atención del niño a través de instrucciones verbales.Dicho papel regulador en los niños preescolares con déficit de atención, no desempeña su papel correspondiente, dando como resultado la desorganización de la actividad del niño.
El papel de los padres en el desarrollo óptimo del proceso
Si estos programas en el niño no se han formado o se han formado incompletos así será su actividad ysu conducta, con una deficiente selección, organización y dirección. Las características de las estrategias orientadas a un fin u objetivos en el niño están estrechamente relacionadas con las características de la interacción verbal entre él y el adulto.
La atención no constituye una capacidad o cualidad innata. El niño pequeño aún no posee atención voluntaria consciente. Su atención es inmediata, involuntaria, es decir, se dirige a los estímulos más fuertes, notorios, llamativos y novedosos de la realidad. Inicialmente, la atención voluntaria es externa y está dirigida por el adulto, quien hace esto a través del gesto y la palabra. En esta etapa, el éxito del desarrollo de este proceso psicológico depende del comportamiento del adulto, que puede ser tan positivo como negativo. La ausencia de la adecuada dirección externa por parte de los padres y maestros, puede perjudicar no sólo el desarrollo adecuado del proceso de la atención, sino también el desarrollo de otros procesos psicológicos.
Es así como encontramos que causas muy diversas pueden influir en este proceso: desde el desarrollo inadecuado del embrión (parto complicado, traumas, enfermedades), hasta un medio social desfavorable. Para poder prevenir un posible retraso o para superar las dificultades presentes, es necesario ayudarles a los niños en el momento adecuado.
En la mayoría de los casos hemos escuchado frases como “El niño no aprende porque tiene Déficit de Atención”; aquí es momento de plantearse ¿No será el Déficit de Atención efecto y no causa?
Dentro del enfoque neuropsicológico que considera al proceso de atención como una función relacionada con el lenguaje, el aprendizaje y el comportamiento, es importante proponer un programa que fortalezca la regulación del niño a través de su contexto familiar y escolar y le permita superar paulatinamente la inatención, la impulsividad y el bajo control de impulsos; lo cual impacta de forma positiva en el desarrollo de su personalidad, su integración social y su capacidad intelectual en general.